La ansiedad afecta cada vez más a jóvenes en Colombia, causando graves problemas de salud mental. Conoce los factores y cómo enfrentarla.
Los trastornos de ansiedad en jóvenes colombianos se han convertido en una epidemia creciente tras la pandemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 4,4% y el 5,5% de los adolescentes en el país padecen esta afección, que, de no tratarse a tiempo, puede desencadenar problemas graves de salud mental como depresión y enfermedades psicosomáticas.
Emermédica, con cerca de 4.800 atenciones relacionadas con ansiedad en 2024, reporta que esta condición puede generar síntomas incontrolables que paralizan y aíslan a los afectados. Entre los factores principales destacan el acoso escolar, la presión por el éxito, problemas familiares y preocupaciones económicas. Además, la ansiedad crónica está vinculada a intentos de suicidio, deserción escolar y consumo de sustancias psicoactivas.
Cifras del Instituto de Medicina Legal revelan 205 suicidios de menores en Colombia entre enero y septiembre de este año, con Bogotá como la ciudad más afectada. Los jóvenes ansiosos también experimentan dolores físicos, insomnio y trastornos digestivos, además de adoptar hábitos poco saludables como consumir alimentos ricos en calorías.
Para enfrentar este problema, los expertos recomiendan buscar ayuda profesional y utilizar servicios como la telemedicina, que ofrece atención rápida y sin estigmas. Asimismo, contar con redes de apoyo, como familia y amigos, es esencial para superar la ansiedad.
Medidas preventivas como seguir una dieta equilibrada, reducir el consumo de cafeína, practicar deporte, dedicar tiempo a aficiones y aprender técnicas de relajación pueden marcar una diferencia significativa. Según el doctor Mauricio Guerrero, Director Médico de Emermédica, “la intervención temprana es clave para evitar que la ansiedad evolucione hacia problemas de salud crónicos en la adultez”.
El llamado es a identificar los signos a tiempo, fomentar hábitos saludables y priorizar la salud mental en jóvenes,como una responsabilidad compartida entre familias, escuelas y el sistema de salud.