Nuestro establecimiento enfrenta una crisis que puede cobrar muchas vidas, dicen los guardianes, quienes exigen aplicación de pruebas de COVID-19.
""Nuestro establecimiento enfrenta una crisis que puede cobrar muchas vidas". Esta es una afirmación que de manera categórica hacen los integrantes de la guardia penitenciaria de la cárcel del Distrito Judicial de Villavicencio ante los má recientes hechos de muerte y de contagio de internos por el virus del coronavirus.
La tajante expresión está motivada en el fallecimiento de un tercer recluso que había resultado infectado por la mortal enfermedad y la confirmación de otros seis reclusos afectados por el virus, tal como lo confirmaron el gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga Cardona, y el alcalde de Villavicencio, Juan Felipe Harman Ortíz.
De acuerdo con las cifras entregadas por el Ministerio de Salud, la cifra de internos contagiados por la COVID-19 en la cárcel de la capital del Meta asciende a 22, tres de los cuales ya fallecieron.
Tanto el gobernador Zuluaga Cardona como el alcalde Harman Ortiz han expresado su preocupación al enterarse que a comienzos de este mes de abril recbraron su libertad 42 reclusos de ese centro penitenciario sin que hasta la fecha se tenga información precisa de su paradero y de su estado de salud, lo que ha prendido las alarmas de las autoridades sanitarias y de salud que claman por información que permita establecer su lugar de residencia para realizarle las pruebas que permitan descartar cualquier posibilidad de contagio del virus.
El cuerpo de custodia de ese centro penitenciario ha lanzado una especie de SOS al considerar que la destinación de recursos por parte de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, USPEC, ha sido insuficientes.
Dicen que "La entidad encargada de administrar el dinero no ha garantizado la prestación de servicios y ya se completaron tres días de ausencia en el área de sanidad dentro del penal".
"Solo se cuenta con los servicios de una enfermera jefe y una auxiliar de enfermería durante las horas diurnas. En las noches la población carcelaria queda desamparada de asistencia médica", expresan voceros de la guardia del penal.
Los guardianes de la cárcel de Villavicencio aseguran que no existe un plan de contingencia y siguen operando sin equipos de bioseguridad que les permita cuidarse a si mismo y proteger a los reclusos de la expansión de la pandemia.
Dentro de las exigencias que le están haciendo al director general del Instituto Nacional Penitenciario de Colombia, INPEC, está la del relevo inmediato de quienes laboran en la cárcel en Villavicencio. "Exigimos al director del Inpec el relevo inmediato de los funcionarios de Villavicencio", aseguraron a través de un comunicado.
Otra de las exigencias que está haciendo la guardian penitenciaria es que se realicen las pruebas para comprobar o descartar que más guardianes, internos o personal administrativo estén contagiados por el virus que tiene en ascuas al mundo.
En la cárcel de Villavicencio están privados de su libertad 1.780 personas, un poco más del doble de la capacidad real del penal.
La cárcel de la capital del Meta se constituye, hasta hoy, en el primer penal de Colombia con el mayor número personas muertas y contagiadas por la COVID-19 y la proyección es que los casos puedan seguir en aumento.