Timoteo Romero Morales, presidente de la CUT en el Meta, se refiere a la crítica situación generada por la sequía en Casanare.
Por: Timoteo Romero Morales, presidente CUT Subdirectiva Meta.
Si al crimen de un ser humano lo llaman homicidio y si es mas de uno lo llaman masacre; podríamos acuñar en el diccionario de la lengua española, frente a la masacre de mas de 20 mil especies animales entre chigüiros, tortugas y ganado vacuno entre otros, que nos vienen dejando estupefactos debido a las dicientes imágenes de los medios de comunicación y las redes sociales, que podríamos catalogar como un Faunicidio; ósea la masacre se una gran cantidad de especies en vía de extinción, entre otras cosas por los mismos efectos del modelo de mercado.
Desde la semana anterior expertos y no tan expertos le achancan de manera aislada este faunicidio, por un lado al cambio climático, a la deforestación, a la intervención de las rondas de caños, ríos, humedales, y en una gran dosis a la explotación petrolera indiscriminada; cuando en el fondo todos estos factores hacen parte del modelo de mercado, para algunos conocido, como modelo neoliberal, que por un lado presiona hacia las ronda de los caños, los ríos y a la deforestación a los grandes ejércitos de pobres, quienes buscan un pedazo de tierra y alimento para sus hijos; pero a demás, estos mismos factores y la intervención de los humedales vienen siendo atacados, por grandes empresas que se llevan los bosques, negocian el agua, nuestra fauna y nuestra flora atraves de los TLCs; que junto con las petroleras, palmeras y cañeras, atraves por ejemplo, de la sísmica, hoy plasmada en la locomotora minero energética para sacar un barril de crudo, se necesitan 8 de agua, o para secar un gramo de oro se necesita remover 1 millón de gramos de roca; lo que hoy hacen que el agua que se encontraba a 2 metros de profundidad, se encuentre a 18 metros, sin contar los diferentes componentes contaminantes como el mercurio; multinacionales que además de llevarse el 70% de la renta petrolera, el gobierno les quita las regalías a las regiones productoras, dándoles grandes exenciones, como bajarles el impuesto de renta del 33% al 8%, como lo demostró Robledo en el debate de la Colosa dejándoles a las comunidades, el costo social, laboral y ambiental como el “ FAUNICIDIO EN EL CASANARE”.