Una joven de 19 años murió en Inglaterra tras una rara complicación vinculada a un anticonceptivo que seguía tomando pese a señales de alerta.
La muerte de Áine Rose Hurst, una joven de 19 años en Inglaterra, encendió las alarmas sobre el seguimiento médico en el uso de anticonceptivos combinados. La adolescente falleció el 13 de marzo tras sufrir una trombosis del seno venoso cerebral, condición que las autoridades relacionaron directamente con la pastilla que tomaba desde 2020.
El caso ocurrió luego de que Áine presentara presión arterial elevada semanas antes, un indicador que debió llevar a suspender el medicamento. Sin embargo, según su familia, los médicos le recomendaron continuar el tratamiento tras considerar que su presión estaba dentro del rango permitido durante una consulta de enero.
La joven se desplomó el 11 de marzo y fue trasladada al Royal Bolton Hospital, donde se le diagnosticó inflamación cerebral severa. Pese a los esfuerzos del equipo clínico, murió dos días después. Su familia inicialmente relacionó el malestar con una supuesta resaca tras haber salido la noche anterior.
Durante la audiencia forense del 27 de noviembre en Bolton, se confirmó que la causa de muerte estuvo asociada al anticonceptivo oral. Los registros médicos evidenciaron que en diciembre de 2024 se recomendó suspender el medicamento tras una presión arterial de 140/93, pero el médico tratante permitió retomarlo semanas después.
La madre de Áine denunció que no se tuvo en cuenta el antecedente reciente de hipertensión, lo que, según ella, comprometió la seguridad de la joven. La familia exige claridad, responsabilidades y medidas que eviten que otras mujeres corran riesgos similares.
Tomado de Bluradio