Dando cumplimiento a la agenda papal, Francisco el sumo pontífice, expresa un emotivo discurso sobre la paz y la reconciliación para los colombianos.
El máximo líder de la iglesia católica llega a Colombia para dar un claro y fuerte mensaje de reconciliación y paz. Hace referencia a sus antecesores, el papa Pablo VI y Juan Pablo II, indicando que como ellos, se mueve con el deseo de compartir con sus hermanos colombianos el don de la fe que con fuerte arraigo palpita en sus corazones.
Aprecia los esfuerzos realizados para poner fin a la violencia armada y buscar caminos de reconciliación.
Recordó el último año para el país en el que ha avanzado en un modo particular para hacer crecer la esperanza en la búsqueda de la paz, siendo este “una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”.
En su mensaje central enfatiza la necesidad de escuchar a los pobres.
Porque con ellos se aprende lecciones de vida, de humanidad y dignidad porque entre cadenas gimen y “comprenden las palabras de quien murió en la cruz”, haciendo referencia a la estrofa del himno nacional.
Mencionó además que las diferentes etnias de las zonas más lejanas, los campesinos, los más débiles, explotados y maltratados, las mujeres, los pobres, todos los excluidos y los que no tienen voz porque se les priva de ella, son importantes para construir una mejor nación.
Haciendo un llamado a huir de la tentación de la venganza y de intereses particulares y a acorto plazo, que hacen difícil el camino que conduce a la paz y entendimiento. Invitando a reconocer al otro para sanar las heridas, estrechar lazos para ayudarnos mutuamente.
“No están solos, somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso” Es la frase con la que concluye su discurso, indicando que el país siempre está presente en sus oraciones.