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El reencuentro de la familia Esquivel

Humberto a sus 52 años volvió a abrazar a cinco de sus siete hermanos y a su mamá, mientras que sus hijos abrazaron por fin a su abuela y tíos.

En 1970 cuando Humberto Esquivel tenía 8 años y residía en Girardot, el destino decidió separarlo de su familia.

Para esa época como narra su señora madre, Cleotilde Esquivel “él se me perdió y yo no tenía recursos para buscarlo. La verdad yo ya lo daba por perdido. A lo último me resigné porque pensé que no lo iba a poder encontrar”. De ese momento a hoy, pasaron 43 años, tiempo en el que no tuvo la oportunidad de compartir fechas especiales con sus seres queridos, ni ningún tipo de experiencia al lado de los suyos como la mayoría de las personas.

No obstante, la vida lo recompensó con una bella familia, con la que decidió echar raíces en Villavicencio. Y precisamente fueron su esposa y dos hijos, quienes lo motivaron en 2011 a poner un denuncio por la desaparición de su familia, pues ellos anhelaban conocer a su abuela, abrazar a sus tíos y jugar con sus primos.

Deseo que se hiciera realidad en las últimas horas, pues cuatro décadas más tarde se reencontraron en el ocaso de sus vidas. Fue así como año y 9 meses después, los esfuerzos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), permitieron ubicar a Cleotilde, su mamá; cinco de sus hermanos en Colombia y otros dos en Aruba; siendo la única noticia triste el fallecimiento de su padre meses atrás.

La investigación no fue fácil. La falta de pistas concretas y las existentes casi que borradas por el paso del tiempo, obligaron a los investigadores a persistir y no bajar la guardia, manteniéndose constantes en la resolución de este caso. Trabajo que resaltó el director del CTI en el Meta, Pedro Gordillo. Cumplido el proceso, llegó el momento de reconocerse los unos a los otros.

Un emotivo abrazo entre Humberto, sus hermanas mayores y su mamá, cerró ese largo capítulo de cuatro décadas separado de sus seres queridos. Por fin sus hijos conocieron a su abuela y tíos, los abrazaron y lloraron de felicidad porque la vida les dio una valiosa oportunidad para recuperar el tiempo perdido: “no pienso separarme de nuevo de mi mamá. De ahora en adelante, volví a vivir, volví a nacer”, dijo Humberto Esquivel.