Alrededor de la sexualidad han crecido un gran número de mitos que hemos podido llegar a creer.
El sexo es un tema que preocupa tanto a hombres como a mujeres. Desde que llega a nuestras vidas, nos genera dudas de manera continua. Más tarde, cuando además se convierte en una de las partes fundamentales de una relación, entre la pareja siguen presentándose dudas a las que a veces no sabemos muy bien cómo enfrentarnos y resolver.
Además, alrededor de la sexualidad han crecido un gran número de mitos que hemos podido llegar a creer. Es importante saber distinguirlos, porque nos pueden provocar malestar, tanto a nosotros mismos como en nuestra relación de pareja. Quizás ni siquiera seas capaz de diferenciar estas afirmaciones erróneas, porque las has escuchado en tantas ocasiones que se han convertido en verdades para ti.
Este mito es uno de los más populares. De hecho, es bastante probable que hayas visto alguna vez una imagen recalcando esta afirmación (como el cerebro de un hombre y el porcentaje del 90% con la palabra sexo al lado). Aunque esté muy extendida este creencia, no es cierta.
Los hombres y las mujeres no funcionan biológicamente de la misma manera en cuanto a hormonas. Estos pequeños compuestos generados por diferentes órganos de nuestro cuerpo y que son culpables de un gran número de reacciones, entre ellas, el deseo sexual, no están en la misma cantidad en un hombre y en una mujer. Por ejemplo, el hombre tiene mucha testosterona, mientras que la mujer tiene más estrógeno. Estas diferencias provocan que nuestros picos de deseo sexual sean distintos.
El hombre tiene estos picos a lo largo del día, de manera que su cuerpo reacciona durante distintos momentos de la jornada, mientras que la mujer tiene estos picos (y los mantiene) a lo largo del mes (ajustándose también con el periodo menstrual). De esta forma, mientras que el hombre tendrá más ganas de sexo durante ciertos momentos del día, la mujer mantiene estos picos de deseo durante varios días.
Aunque esta frase se repita en muchas ocasiones, tanto por hombres como mujeres, no deja de ser un mito. El tamaño y el grosor del pene provocarán más o menos roce al entrar dentro de la vagina de la mujer, de manera que si toca ciertos puntos claves, generará más placer en la mujer que si no lo hace.
También es importante tener en cuenta que muchos hombres piensan que su pene es pequeño cuando no es cierto. La media de tamaño de un pene en erección es entre 10 y 15 centímetros, así que hay pocos hombres que tengan el temido 'micropene'. Además, cada erección es diferente y hay momentos que si el deseo sexual no es tan fuerte, la erección tampoco lo será.
Es una afirmación que ha aparecido en los últimos años. Se dice que veinte minutos de sexo equivale a quemar 250 calorías y que provoca una subida de metabolismo que ayuda a quemar una cantidad mayor de calorías a lo largo del día.
Primero, el sexo no es un deporte. Es una actividad física, efectivamente, pero no está encaminada a la pérdida de calorías. Todas las actividades que hacemos a lo largo del día consumen nuestra energía, porque nuestras células necesitan ese combustible para hacer todos los procesos, tanto internos como externos, de nuestro organismo. Es cierto que durante la actividad sexual quemamos calorías, pero depende del tiempo que dure, la posición y otros factores que varían en cada ocasión. Así que no pienses en el sexo para adelgazar, sino para disfrutar.
Este mito se ha convertido en uno de los más repetidos, sobre todo por anteriores generaciones, para justificar que los hombres mantuvieran relaciones sexuales con distintas mujeres, mientras que las mujeres solo tuvieran sexo con un hombre. Esta afirmación se implantó en la sociedad, de manera que si los hombres tenían sexo con mujeres diferentes, tenían una imagen positiva en su círculo de amistades, mientras que si lo hacía una mujer transmitía una imagen negativa.
Esta situación está cambiando en estos momentos, ya que la sociedad empieza a entender que el deseo sexual no depende del sexo de la persona, sino de otros factores individuales como la cantidad de hormonas sexuales que tenemos. De hecho, hay hombres y mujeres que en general tienen menos apetito sexual y otros que tienen mucho.
Esta afirmación ha provocado que una gran cantidad de mujeres tengan miedo a practicar sexo durante el embarazo, cuando en la mayoría de las ocasiones es totalmente seguro, ya que no hay posibilidad de dañar al feto de ninguna forma.
De hecho, tener relaciones sexuales durante la etapa del embarazo puede tener consecuencias muy positivas para la mujer. Los picos sexuales que experimenta la futura madre pueden ser muy altos debido a la gran cantidad de hormonas que están presentes en su organismo. Además, en general, las mujeres pueden tener menos confianza en sí mismas por el aspecto que pueden tener en el embarazo, y el hecho de sentirse deseadas y desear aumentan la cantidad de hormonas beneficiosas.
Te recomendamos que antes de mantener relaciones sexuales lo consultes con tu ginecólogo, ya que si tu embarazo está catalogado como de riesgo es posible que el sexo no sea recomendable.