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¿Comer sin parar? Los secretos del Trastorno por Atracón

Estudio revela que estándares de belleza y la presión social influyen en el Trastorno por Atracón, afectando al 50% de las personas obesas en Colombia

¿Comer sin parar? Los secretos del Trastorno por Atracón

El Trastorno por Atracón, caracterizado por episodios incontrolables de comer en exceso, afecta al 3% de la población general en Colombia y hasta al 50% de quienes buscan perder peso. Este trastorno se manifiesta con frecuencia en momentos de soledad, provocando sentimientos de malestar y arrepentimiento.

Una reciente investigación realizada por los docentes Tatiana Castañeda del Politécnico Grancolombiano y Jorge Restrepo del Tecnológico de Antioquia, enfocada en 320 mujeres entre 18 y 40 años que asisten a gimnasios, ha identificado factores clave que contribuyen a este trastorno. La investigación, titulada "Mujeres con riesgo de trastorno por atracón que van al gimnasio", señala que los prejuicios, la presión social para cumplir estándares de belleza y la crítica constante son detonantes importantes.

Los hallazgos muestran que los factores individuales como la obesidad infantil y la falta de experiencias positivas tempranas influyen en la percepción negativa de uno mismo. El estudio reveló que un 24.8% de las mujeres en riesgo de atracón tienen diagnóstico de depresión y un 42.9% sufre de ansiedad, en comparación con la baja incidencia en el grupo sin riesgo.

La investigación también destaca el impacto de la presión social y el culto a la delgadez en el desarrollo de trastornos alimenticios. Las mujeres en riesgo de atracón tienden a usar el comer en exceso como una estrategia para manejar el estrés emocional, especialmente cuando enfrentan dificultades para regular sus emociones.

Adicionalmente, se identificó que las sesiones frecuentes o prolongadas de ejercicio con el único objetivo de modificar el peso corporal están asociadas con una mayor prevalencia de síntomas de Trastorno por Atracón. Este patrón revela cómo los estándares de belleza y la obsesión con la figura pueden exacerbar los trastornos alimenticios.

El estudio concluye con un llamado a un enfoque interdisciplinario que combine salud física, psicología y educación para promover hábitos alimenticios saludables y una relación equilibrada con la comida y el ejercicio. La sensibilización y educación en la sociedad son cruciales para entender y apoyar a quienes enfrentan estos desafíos, promoviendo la aceptación de la diversidad corporal y habilidades de afrontamiento positivo.