En Colombia, los jóvenes lideran un cambio significativo frente a la crisis climática. La Fundación Shambala, desde Bogotá, se ha convertido en un motor de acción ambiental al reunir a más de 1.500 personas en talleres y actividades durante 2024. Estos espacios ofrecen herramientas prácticas para regenerar ecosistemas urbanos, crear huertas sostenibles y desarrollar estrategias de descarbonización.
“Los jóvenes no solo participan, lideran. Están movilizando a sus comunidades y proponiendo soluciones innovadoras,” señaló Daniel Gutiérrez, fundador de Shambala. Un ejemplo notable fue la transformación artística de una cancha comunitaria con el mensaje “No luchamos por la naturaleza, somos la naturaleza que lucha”, promoviendo conciencia ciudadana y embelleciendo espacios públicos.
En el ámbito internacional, el impacto colombiano llegó a la COP16, donde Shambala organizó la mayor conferencia juvenil del evento, reuniendo a 500 adolescentes de 14 a 18 años. Allí se debatieron políticas, se presentaron propuestas como la Declaración Estudiantil de Sostenibilidad y se propició un diálogo histórico entre jóvenes y legisladores de seis países sobre un futuro libre de combustibles fósiles.
La fundación también colaboró con Credicorp Capital en una experiencia de plogging, uniendo deporte y recolección de residuos en cinco países, mostrando cómo las empresas pueden ser aliadas claves en la sostenibilidad.
Con la mirada puesta en 2025, Shambala planea un campamento internacional que reunirá a estudiantes de todo el mundo para desarrollar proyectos climáticos innovadores. Este movimiento demuestra que los jóvenes colombianos tienen el liderazgo necesario para enfrentar la crisis ambiental y marcar un cambio global.