¿𝗟𝗹𝗮𝗻𝗲𝗿𝗼𝘀 𝘀𝗲 𝘃𝗲𝗻𝗱𝗶𝗼́?

Por: Jorge Fernández

Un partido que durante 90 minutos no tuvo muchas emociones y que ganaba tranquilamente Llaneros 1x0 y al que aún le faltaban dos goles para obtener el ascenso, terminó en escándalo y vergüenza mundial.

Hoy no hablaré de fútbol, hablaré de la desilusión e indignación que surge después de lo visto en el Bello horizonte cuando Unión Magdalena marcó su segundo gol. 

Más allá de ser un medio de comunicación, somos hinchas que no solo queremos el equipo porque representa la región en la que vivimos, trabajamos y luchamos por sacar adelante, sino porque el fútbol es el deporte más bonito del mundo y no es justo lo que nos hicieron. 

Señores de Llaneros, jugaron y ridiculizaron nuestro sentir y pasión por el equipo, cómo pretenden hacer hinchada cuando hacen una jugada tan sucia y evidente, somos la vergüenza del fútbol, ustedes al llevar en la camiseta el nombre de LLANEROS, nos representan como región, como pueblo verraco y honrado que somos.

A la gente que nos pueda leer, nosotros los llaneros, lo de hoy no nos representa en lo absoluto, los llaneros somos personas honradas, trabajadoras y en su mayoría amamos esta tierra y lo que ser embajador de ella.

A los jugadores les quedará en su conciencia, pocos se salvan y quienes sabían de esto solo resta por decirles que ojalá se vayan y jamás regresen, que nos hicieron quedar mal ante el mundo del deporte.

A los dirigentes nos resta por decirles que gracias por jugar con nuestro trabajo, sabemos que este es un negocio y el equipo es de ustedes, pero hay maneras leales de hacer las cosas, no jueguen con el nombre de una región, respeten. 

Obviamente tendrán que rodar cabezas y ojalá del equipo que hoy puso en tela de juicio nuestra región, no quede ninguno, es preferible ser de la B siempre, pero con honor señores. 

A nuestros patrocinadores gracias por estar con nosotros este año, lastimosamente no acaba como queríamos y esperamos que el otro año se hagan las cosas mejor, sobre todo que este fracaso y vergüenza pueda quedar en el olvido.