Por primera vez en su historia, EE. UU. adopta el inglés como idioma oficial tras una orden de Trump. ¿Qué impacto tendrá esta medida?
El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que convierte al inglés en el idioma oficial de Estados Unidos, una medida sin precedentes en la historia del país. Esta decisión elimina la obligación de las agencias gubernamentales de ofrecer servicios en otros idiomas, aunque no prohíbe que continúen haciéndolo.
Con esta orden, Trump busca reforzar lo que considera "valores nacionales compartidos" y fomentar la integración de inmigrantes mediante el aprendizaje del inglés. Sin embargo, la medida ha generado controversia, ya que Estados Unidos es un país con una gran diversidad lingüística. Según el Censo, casi 68 millones de habitantes hablan un idioma distinto del inglés en sus hogares.
Los intentos republicanos por oficializar el inglés no son nuevos. En 2021, una legislación similar fracasó en el Congreso. Los opositores argumentan que no era necesario establecer un idioma oficial y que esto podría aumentar la discriminación contra quienes no hablan inglés con fluidez.
Durante su campaña en 2024, Trump ya había expresado su rechazo a la diversidad lingüística en EE. UU., calificando algunos idiomas como “algo horrible”. Su postura ha sido criticada por defensores de los derechos de inmigrantes, quienes consideran que esta medida ignora la multiculturalidad del país.
Estados Unidos se une así a los más de 180 países que tienen idiomas oficiales. No obstante, en otros países, como el Reino Unido, no existe una lengua oficial a nivel nacional. En EE. UU., más de 30 estados ya habían designado el inglés como idioma oficial, aunque Hawái y Alaska también reconocen lenguas indígenas.
El impacto de esta orden aún está por verse, pero su implementación podría cambiar la forma en que millones de personas acceden a servicios gubernamentales, además de influir en futuras políticas migratorias y educativas.
Tomado de Semana