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Panamá a la vanguardia en los programas de vacunación

En el 2014, Panamá se convirtió en el primer país de la región en introducir la vacuna hexavalente en su esquema nacional de inmunización2.

Panamá a la vanguardia en los programas de vacunación

Recientemente el Ministerio de Salud panameño anunció la inclusión de la primera dosis de refuerzo de la vacuna hexavalente acelular a los 18 meses y del segundo refuerzo de la vacuna tetravalente acelular a los 4 años en su esquema nacional de inmunización. En ese sentido, la Doctora Marcela Fama, Expresidente de la Sociedad de Pediatría de Colombia y Vicepresidente de ALAPE, celebró este hito e indica que “con esta implementación, Panamá se pone a la vanguardia en los programas de vacunación de Latinoamérica”.

No es la primera vez que Panamá es pionero en temas de vacunación de la región, pues, en el 2014, se convirtió en el primer país de Latinoamérica,  en introducir la vacuna hexavalente en su esquema nacional de inmunización[1]. La hexavalente es una vacuna pediátrica combinada que en una sola dosis protege contra la difteria, el tétano, la tos ferina, la poliomielitis, la hepatitis B y las enfermedades invasivas por haemophilus influenzae tipo b)2.

El especialista afirma que casos como el de Panamá deben ser replicados por otros países de la región por sus amplios beneficios. “Contar con programas de inmunización más eficaces e invertir en vacunas más modernas no solo ofrece una mejor protección para la población, sino que, además, genera ahorros relevantes para el Estado, ya que disminuye la carga en los sistemas sanitarios, ya saturados por la pandemia de la COVID-19”.

Colombia cuenta con un esquema de vacunación que ofrece gratis 16 vacunas que protegen contra más de 26 enfermedades altamente transmisibles como la poliomielitis, tuberculosis, hepatitis B y A, difteria, tétanos, tos ferina e infecciones causadas por Haemophilus influenzae tipo b y neumococo; sarampión, rubéola, paperas, influenza estacional, varicela, fiebre amarilla y diarreas causadas por rotavirus [2]. “Si bien contamos con uno de los programas de vacunación más completos de la región de las Américas, aún se puede robustecer con la incorporación de vacunas con nuevas tecnologías y mediante el desarrollo de estrategias de inmunización que aporten en la reducción de las brechas que existen actualmente y que se incrementaron a raíz de la COVID-19”, añade el especialista.

En ese sentido la Doctora Marcela Fama explica que la administración de varias vacunas al mismo tiempo (combinadas) no tiene efectos negativos en el sistema inmunitario, reduce los efectos secundarios, permite ahorrar tiempo y dinero[3].

Brechas de vacunación en Latinoamérica

En 2020, 2.7 millones de niños de la región no recibieron las vacunas esenciales necesarias para mantenerlos sanos[4]. En esa línea, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que las interrupciones de las campañas regulares de inmunización de los dos últimos años han hecho retroceder casi tres décadas de progreso en la vacunación contra la poliomielitis y el sarampión, lo que representa un riesgo real para su reaparición3.

Para contrarrestar este retroceso, la OPS ha establecido metas para el 2030 para la reducción de las tasas de mortalidad y morbilidad de enfermedades inmunoprevenibles[5]. Una de ellas es alcanzar el 95% de cobertura de la vacunación en menores de 5 años, por medio de los programas nacionales de inmunización; además, proponen asegurar el acceso a medicamentos esenciales y vacunas, al igual que a otras tecnologías sanitarias prioritarias, según la evidencia científica disponible y de acuerdo con el contexto de cada país4.

Al respecto, la Doctora Fama, reitera la importancia de implementar campañas de inmunización masivas que permitan a los países mantener el control, la eliminación y la erradicación de enfermedades prevenibles por vacunas. “El éxito de los programas de inmunización es innegable, las vacunas salvan entre 4 y 5 millones de vidas cada año[6], pero solo si las personas tienen acceso a ellas. Para ello, se debe procurar el acceso equitativo y el uso de vacunas nuevas ya existentes, para garantizar que lleguen cada vez a más personas, sin dejar a nadie atrás”, finaliza.