El Ministerio confirmó maltrato, presión indebida y jornadas extenuantes en más de 260 tiendas inspeccionadas en el país.
Una investigación adelantada por el Ministerio de Trabajo confirmó lo que desde hace meses venían denunciando los sindicatos: los empleados de Tiendas D1 enfrentan condiciones laborales abusivas, entre ellas jornadas sin pausas adecuadas, funciones múltiples no remuneradas, descuentos arbitrarios y acoso a mujeres embarazadas. El informe, revelado este lunes por el ministro Antonio Sanguino, exige una intervención urgente por parte de las autoridades laborales y de salud.
En total, se inspeccionaron 263 establecimientos en varias regiones del país. Las visitas, realizadas de forma sorpresiva, permitieron corroborar irregularidades como turnos diarios de ocho horas sin derecho a una hora de almuerzo, sobrecarga de funciones, persecución sindical y contratos “part time” que obligan a disponibilidad de tiempo completo sin beneficios equivalentes. La viceministra encargada, Sandra Muñoz, afirmó que estas prácticas vulneran derechos fundamentales.
Uno de los hallazgos más graves es el uso de descuentos por pérdidas o descuadres en caja, sin justificación formal en las nóminas. Además, se identificó que un mismo trabajador puede ser obligado a operar caja, surtir estantes, limpiar, descargar mercancía e incluso ejercer labores de vigilancia, sin una delimitación de funciones ante las ARL, lo que pone en riesgo su salud y seguridad laboral.
El informe también revela casos concretos de acoso laboral, como el de una madre en Antioquia con un bebé con cardiopatía congénita, a quien se le niega la hora de lactancia legalmente establecida y se le amenaza con terminar su contrato. Este caso fue documentado como prueba del incumplimiento de garantías para trabajadoras en condición de maternidad.
En cuanto a la libertad sindical, se evidenció un patrón de persecución a miembros de las nueve organizaciones que hacen presencia en la compañía. Varias denuncias apuntan a represalias por ejercer derechos de asociación, incluyendo asignación de tareas más pesadas y presiones para renunciar a los sindicatos.
El Ministerio anunció que avanzará en procesos sancionatorios y solicitó a las Administradoras de Riesgos Laborales intervenir de inmediato. La situación pone bajo escrutinio no solo el modelo de negocio de D1, sino el cumplimiento efectivo de las leyes laborales en el sector retail. El caso será clave en la discusión sobre condiciones de trabajo decente en Colombia.
Tomado de Semana