El Sábado Santo recuerda el descanso de Jesús en el sepulcro y prepara a los fieles para su resurrección.
Cada año, en medio de la Semana Santa, el Sábado Santo marca una pausa solemne entre la muerte y la resurrección de Jesucristo. Esta jornada, que a menudo pasa desapercibida entre el drama del Viernes Santo y la celebración del Domingo de Pascua, conmemora el día en que el cuerpo de Cristo reposó en la tumba y su alma descendió a los infiernos, según la tradición cristiana.
Este 2025, el Sábado Santo se celebra el 19 de abril. La Iglesia Católica lo dedica a la contemplación del misterio de la muerte de Jesús y a la esperanza de su resurrección. No se celebran misas hasta la noche, cuando tiene lugar la solemne Vigilia Pascual, considerada la ceremonia más importante del año litúrgico.
Durante este día, las iglesias permanecen en silencio, sin música ni flores, en señal de recogimiento. Es una jornada de espera, oración y confesión. Muchos fieles acuden al sacramento de la penitencia como preparación espiritual para recibir la Pascua.
El Sábado Santo también invita a meditar sobre el significado de la muerte y el poder transformador de la resurrección. Para los creyentes, es un tiempo para renovar su fe y recordar que incluso en el silencio y la oscuridad, la esperanza no desaparece.
Así, antes del júbilo del Domingo de Resurrección, el Sábado Santo ofrece un espacio para detenerse, mirar hacia adentro y reencontrarse con el sentido más profundo de la fe.
Tomado de Bluradio