Desde julio, más de 115 mil colombianos serán encuestados para construir un nuevo panorama de la salud mental en los 32 departamentos.
El Ministerio de Salud y Protección Social dio inicio este mes de julio a la quinta Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM), un estudio de gran alcance que evaluará el estado emocional, los trastornos mentales y el acceso a servicios de salud en Colombia. La consulta abarcará a más de 115.000 personas mayores de 7 años en todos los departamentos del país, con el fin de recolectar información clave que permita diseñar políticas públicas más eficaces y centradas en el bienestar de la población.
¿Quiénes participan? La ENSM comenzó a aplicarse en julio de 2025 en hogares seleccionados, mediante encuestadores autorizados que realizarán jornadas de sensibilización. El Ministerio aclaró que la participación es voluntaria, sin compensaciones económicas ni afectaciones en caso de no participar, y garantizó la confidencialidad de todos los datos recolectados. La encuesta incluirá variables como depresión, ansiedad, consumo de sustancias psicoactivas, violencia intrafamiliar y percepción de los servicios de atención psicológica.
El estudio contempla tanto enfoques cuantitativos como cualitativos, e incorpora ejes de equidad, enfoque diferencial y determinantes sociales. Según el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, esta herramienta permitirá actualizar la línea base de la Política Nacional de Salud Mental y avanzar en las metas del Plan Decenal de Salud Pública 2022–2031.
Entre los principales objetivos está conocer cómo impactó la pandemia del COVID-19 en la salud emocional de los colombianos, además de cuantificar los niveles de estigmatización frente a los trastornos mentales. También busca visibilizar la salud mental como una prioridad nacional, indispensable para el desarrollo integral del país.
Los resultados de esta encuesta serán públicos y permitirán al Estado formular decisiones basadas en evidencia real, orientadas a cerrar brechas históricas en atención y prevención. Además, se espera que esta medición se convierta en una herramienta de cambio estructural para garantizar acceso digno y oportuno a los servicios de salud mental en todas las regiones.