Un sismo de magnitud 4,2 despertó a varios municipios del centro del país. Fue leve, pero recuerda por qué no deberías bajar la guardia.
A las 4:27 a. m. de este jueves 10 de julio, un sismo de magnitud 4,2 sacudió el centro de Colombia con epicentro en Cucunubá, Cundinamarca. El evento, registrado a 140 km de profundidad, fue sentido en zonas como Ubaté, Lenguazaque, Bogotá, Tunja y Villavicencio, pero no dejó daños ni heridos. Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), su intensidad fue de nivel 5, claramente perceptible por la población.
El sismo fue captado por 60 estaciones sísmicas y generó 17 reportes ciudadanos. Aunque se trató de un evento leve, el SGC y las autoridades locales reiteraron la necesidad de contar con planes de emergencia ante la constante actividad sísmica del país. La región andina, atravesada por fallas activas, es una de las más propensas a estos movimientos.
Este nuevo temblor ocurre poco más de un mes después del sismo de magnitud 6,5 en Paratebueno, que dejó más de 300 viviendas afectadas. Aunque el impacto del reciente evento fue menor, expertos recuerdan que incluso los movimientos de baja magnitud son señales de actividad geológica relevante.
El sismo del jueves no generó réplicas perceptibles, pero estas pueden presentarse horas o días después. Su duración suele ser breve, y aunque no siempre se sienten, pueden causar alarma si el epicentro está cerca de zonas densamente pobladas.
Las autoridades insisten en que la preparación ciudadana es fundamental. Se recomienda establecer rutas de evacuación, puntos de encuentro familiares y tener kits de emergencia con elementos básicos como agua, linterna, botiquín y documentos.