Aunque suelen causar temor, los murciélagos son esenciales para la biodiversidad, la agricultura y la salud de los ecosistemas.
En Colombia habitan al menos 222 especies de murciélagos, lo que convierte al país en el más diverso de Suramérica en este grupo de mamíferos. Sin embargo, a pesar de su importancia para los ecosistemas, estas especies siguen siendo víctimas de mitos, persecución y pérdida de hábitat. ¿Quiénes son realmente estos animales nocturnos y por qué su protección debería importarte?
Los murciélagos cumplen funciones vitales: controlan poblaciones de insectos, dispersan semillas, polinizan cultivos y fertilizan suelos con sus excretas. Su rol ecológico garantiza la regeneración de los bosques, el equilibrio de plagas y hasta la existencia de productos como el tequila, cuya planta base "el agave" depende de su polinización.
En el Meta, su presencia se registra principalmente en cielos rasos, techos y grietas, lo que ha generado conflictos con comunidades rurales. Frente a esta situación, Cormacarena hace un llamado a evitar su caza o exterminio, y propone acciones responsables como la reubicación segura de los individuos y el uso de casas refugio para su conservación.
La autoridad ambiental advierte que, más allá del miedo que despiertan, los murciélagos son indicadores clave de la salud de los ecosistemas. Algunas especies pueden vivir más de tres décadas en vida silvestre, y su declive pone en riesgo procesos naturales que benefician a la agricultura, la alimentación y el medio ambiente.
Cormacarena insiste en que proteger a estos mamíferos no solo es una tarea ambiental, sino también social y cultural. La entidad promueve la educación ciudadana como herramienta para derribar mitos y fomentar prácticas de convivencia con estas especies que, aunque invisibles para muchos, son guardianes silenciosos de la vida.