Duque sostuvo que el desafío que vive Colombia en la actualidad son “miles de rostros temerosos,  con frío en los huesos, hambre en el estómago y dolor de patria. Un reto que en este preciso momento camina a la intemperie y con incertidumbre por las carreteras colombianas”.

“Son los hermanos venezolanos que huyen de la dictadura. Muchos de ellos son niños inocentes, desprotegidos, expuestos al destierro. Mientras que el conflicto en Siria ha generado un flujo de 600 mil migrantes al año tan solo a Turquía en un periodo de seis años, Colombia, en menos de dos años, les ha abierto las puertas a casi un millón de hermanos venezolanos”, agregó.

Si bien destacó que a esos venezolanos Colombia los ha recibido “con afecto” y que siempre lo hará “a pesar de cualquier dificultad social y fiscal porque nos une la fraternidad”, advirtió que no se puede “dejar de llamar las cosas por su nombre: Estamos viviendo la crisis migratoria y humanitaria más indignante de la historia reciente de la región, por cuenta de una dictadura que aniquiló las libertades”.

“El mundo debe actuar y unirse para que este éxodo trágico llegue a su fin y un pueblo pueda ver florecer la esperanza”, agregó el presidente colombiano. “Este es un reto global. El fin de la dictadura, el retorno a la democracia y la plena libertad es el único camino posible. Por eso, la comunidad internacional debe pedir de inmediato la libertad de los presos políticos e identificar rápidamente las mejores soluciones a esta crisis y evitar que esta desolación y desesperanza se incrementen”.

Celebró que las Naciones Unidas escucharan la solicitud de Colombia y que el Secretario General designara a Eduardo Stein como Representante Especial Conjunto para los Refugiados y Migrantes de Venezuela, y así elevar esta discusión.

“Agradezco a los países que nos acompañaron ayer a la Reunión de Alto Nivel, convocada por Colombia, donde quedó claro el compromiso regional para abordar esta crisis humanitaria. Estas medidas deben ser acompañadas por la creación de un Fondo Multilateral para atender a la población migrante, víctima de la dictadura”, continuó.

Duque también se refirió al flagelo del narcotráfico y lo calificó como una “amenaza global”, y, al reconocer que se debe hacer más en materia de prevención y atención a los adictos desde un enfoque de salud pública, lo que definió como “una verdad incontrovertible”, también recalcó que “no es menos cierto que el narcotráfico en Colombia es un depredador del medio ambiente, un destructor de instituciones, un corruptor social”.

“Luchar contra este fenómeno y al mismo tiempo promover una sociedad que rechace las drogas por sus efectos devastadores en la salud y la sociedad es nuestro deber moral”, sostuvo. “Ya estamos tomando medidas. Hace dos días apoyamos el llamado global a la Acción contra el Problema de las Drogas, reconociendo que el trabajo es de todos y requiere que todos los países contribuyan, incluyendo aquellos donde el consumo crece o los que son fabricantes de precursores químicos”.

Recordó que 130 países con el liderazgo de Estados Unidos se comprometieron a seguir esta lucha. “No nos daremos por vencidos ni aceptaremos como destino la adicción de tantos jóvenes. La legalidad significa también la derrota de la corrupción. La corrupción es una amenaza a la democracia, a los valores sociales, a las instituciones y debe ser enfrentada con determinación”, dijo.

“Desde el primer día de nuestro gobierno presentamos medidas ante el Congreso, y luego en respuesta al clamor popular, hemos puesto en marcha con todos los partidos una ambiciosa agenda”, agregó Duque. “Le demostramos a Colombia y al mundo que somos capaces de unirnos en propósitos nacionales. Invito a la comunidad internacional a fortalecer los instrumentos y mecanismos de sanción frente a la corrupción trasnacional”.

“Derrotar la corrupción es una tarea que nos involucra a todos y debemos hacer todos los esfuerzos necesarios para hacer visibles a los corruptos y acelerar sus sanciones judiciales y sociales. Nuestra apuesta de Desarrollo, nuestro Pacto por Colombia, también  busca impulsar el emprendimiento y la reactivación de la Economía. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible validan nuestra agenda por una Colombia donde la ciencia y la tecnología se vean impulsadas por la conectividad, el acceso a capital, el avance de la Economía Naranja y el fomento a la investigación”.